La anatomía del aparato extensor de la rodilla consta de un músculo cuadricéfalo – cuádriceps crural que se reúne distalmente en un potente tendón que se inserta en el polo superior de la rótula, tapiza este hueso que hace de mecanismo de polea para finalizar en otro potente tendón que se inserta en la tuberosidad anterior de la tibia.

La contracción de este potente sistema muscular consigue la extensión de la pierna. 

Existe multitud de causas que pueden provocar su sobrecarga y lesión: Sobrepeso, alineación incorrecta de la rodilla en varo, valgo, inestabilidad anteroposterior de la rodilla sobre todo en recurvatum posterior, incorrecta posición de la rótula (hiperpresión externa, rótula alta..). Su manifestación clínica es el dolor que al inicio aparece con el esfuerzo y puede llegar a aparecer incluso en reposo.

Es frecuente esta lesión en deportistas que sobrecargan esta musculatura ( carrera, tenis, pádel, fútbol, ejercicios que impliquen salto como baloncesto, voleyball…).

Su tratamiento consiste en evitar la causa que lo ocasiona, por lo que deberá cesar actividad de salto, carrera…

Debe realizarse ejercicios de potenciación muscular con isometría, ejercicios propioceptivos y pasar posteriormente a una potenciación con movimiento.

Asociar fisioterapia con frío, electroestimulación, láser e incluso valorar técnicas regenerativas de fisioterapia como ondas de choque o EPI.